domingo, 20 de enero de 2013

La antigua Constantinopla, el Estambul bizantino


Estambul es una de las ciudades más fascinantes de Europa, de aquellas que dejan huella en el viajero. Es una ciudad viva, latente, inspiradora. Desde el primer día te cautiva: a cada paso que das encuentras un trozo de historia, cada rincón tiene una pequeña sorpresa reservada. Todo lo que ves y pisas forma parte de una época importante: iglesias reconvertidas en mezquitas, murallas infranqueables, palacios momunentals ... Puedes ir una o mil veces, que siempre tendrás algo nuevo que ver.

Estambul es una de esas ciudades que no te las acabas. Una semana sería el tiempo ideal de una estancia mínima pero sabemos que no siempre es posible disponer de este tiempo. Es por ello que durante las próximas entradas os presentaremos nuestro "top 10", aquellos lugares que creemos que deberían incluirse en una primera visita a la ciudad. Empezamos con los imprescindibles de la Estambul bizantina, hoy nos trasladaremos hasta la antigua Constantinopla.


Santa Sofia

Monumental y estimulante, dos adjetivos que la definen a la perfección. Ayasofya -su nombre en turco- es sin duda una de las principales iconos de la ciudad. Históricamente es el máximo exponente arquitectónico del imperio bizantino. Desde 360 ​​hasta 1453 fue la catedral de Constantinopla, hasta que los otomanos la modificaron y la reconvirtieron en mezquita. Dicen que ante tanta belleza no fueron capaces de destruirla. Más tarde, Atatürk la hizo museo, así que hoy en día no se ve gente rezando, sino un montón de turistas disfrutando de su belleza.

Os recomendamos dedicar tiempo y sentaros en un rincón de su interior para admirar su magnitud. Observándola te das cuenta de la grandeza y el desarrollo de los bizantinos durante la Edad Media, una época mucho más oscura en el occidente cristiano. También nos planteamos una cuestión: ¿Porqué en muchas culturas los invasores no han dudado en destruir obras arquitectónicas de gran valor y en cambio aquí los otomanos las aprovecharon? ¿sentido práctico, quizás?


Hagia Sophia, Aya Sofia


Isglesia San Salvador de Khora

Es nuestra iglesia preferida, pequeña -comparada todas las demás- pero con mucho encanto. Contiene los frescos y mosaicos mejor conservados del Imperio Bizantino, una joya de la historia del arte. ¡Hay que decir que son realmente impresionantes!

Durante el Imperio Otomano la iglesia, al igual que Santa Sofía, fue transformada en mezquita y los mosaicos fueron cubiertos de yeso. Estas obras de arte cayeron en el olvido y no fueron redescubiertas hasta finales del s. XIX. A día de hoy los mosaicos se pueden contemplar con su brillo original. La iglesia está un poco alejada del centro más turístico, pero vale la pena visitarla. ¡Seguro que no os arrepentiréis!

mosaics bizantins, mosaicos bizantinos


Cisterna de la Basílica

Un lugar que realmente impresiona, es como un palacio subterráneo. Sólo entrar por la puerta y ver una sala de dimensiones descomunales uno se da cuenta de la grandiosidad de una obra única. Fue construida en el siglo VI por Justiniano, aprovechando restos de antiguos monumentos griegos y romanos (son famosas dos cabezas de Medusa que hacen de base de dos columnas). Durante la ocupación otomana la cisterna fue olvidada hasta que un holandés se dio cuenta de que la gente del barrio obtenía agua de un pozo que no se agotaba nunca. ¡Dentro de esta cisterna caben 100.000 toneladas de agua! ¿Increíble, no? Pues más increíble debe ser ver un concierto de música clásica en este lugar tan especial, ¡se ve que también hacen de vez en cuando!


Yerebatan Sarnici

Torre Gálata

Es otro icono de la ciudad. Está situada en Beyoglu, en una colina elevada al norte, en la parte moderna de la ciudad. Fue construida por los genoveses, principales aliados del comercio bizantino, como parte de la fortificación de Gálata al 1348. La Torre en sí ya merece la pena, pero si por algo es recomendable es por las vistas que se ven desde su mirador a 70 metros de altura. Es la visión más romántica de Estambul: la silueta de las mezquitas y todo el Cuerno de Oro.


Torre Gàlata diaTorre Gàlata nit, torre Gálata noche


Consejos para la visita

  • Recordad que Santa Sofía y la Cisterna de la Basílica cierran los lunes y San Salvador de Chora los miércoles (la Torre Gálata abre todos los días). ¡Que no os pase como a nosotros que nos encontramos con la primera cerrada y nos quedamos con un palmo de narices!
  • Santa Sofía tiene una parada de tranvía muy cercana y la Cisterna queda también al lado. Desde el centro a Gálata también se puede ir en tranvía hasta pasado el puente del mismo nombre, aunque os aconsejamos cruzar el puente caminando (allí encontraréis un montón de pescadores con su caña de pescar en una escena muy típica del lugar). Para llegar a San Salvador de Chora lo mejor es coger un taxi, son baratos y la iglesia no está a más de 15-20 min. del centro histórico (también es posible llegar en metro y luego caminar 1 km).
  • La iglesia de San Salvador de Chora es pequeña, la experiencia es muy diferente si se visita en hora punta o con poca gente. Si os lo podéis combinar, es especialmente recomendable visitarla sólo abrir (9:00) o a la hora de comer para no coincidir con los grupos de turistas organizados.


    Mostrar Estambul bizantina en un mapa más grande

    • Las Murallas de Teodosio quedan a cinco minutos andando de San Salvador de Chora, subiendo el callejón que queda justo a la salida de la iglesia. Vale la pena aprovechar y pasear un rato. Son unas murallas imponentes que se conservan sorprendentemente bien considerando que tienen 1.600 años. Observándolas puedes imaginar la majestuosidad que debían transmitir en la época al viajero que llegaba por tierra.
    • Si disponéis de tiempo os recomendamos volver paseando desde San Salvador de Chora en el centro de la ciudad antigua por el barrio de Fatih. Nos lo aconsejó Pablo Strubell y realmente vale la pena. Es un barrio tradicional musulmán, con mujeres cubiertas de negro y hombres con sombrero y túnica. ¡La Turquía más auténtica!   
    • Si queréis conocer el Estambul más europeo y moderno, aprovechad la visita de la Torre de Gálata para acercaros a la calle Istiklal y alrededores. Ésta no deja de ser una calle comercial peatonal como otras que se puedan encontrar en cualquier gran ciudad europea, pero es interesante ver el contraste. Es más, para muchos, este es el auténtico Estambul actual.
    • Si optáis por subir al mirador de la Torre Gálata, os recomendamos que lo hagáis coincidir con la puesta de sol, podréis disfrutar de las vistas de día y de noche. Llegad un rato antes, pensad que siempre hay cola para subir.

    En la próxima entrada nos trasladaremos a la época de los sultanes. 
    ¡Visitaremos el Estambul otomano!



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